miércoles, 10 de marzo de 2010

EL ANÁLISIS COSTO-BENEFICIO DE PEDIR GASEOSAS LIGHTS EN UN RESTAURANTE PARA QUE TE TRAIGAN UNA DE 500 ML

Por: Misohoney – Creador de la fórmula de Coca Cola y asesor político de Beto Ortiz.

Durante el transcurso del día realizamos, como operadores económicos, transacciones como las que hacemos referencia en el título de nuestra columna. Muchas de ellas nos llevan a resultados que muestran desventajas cuantitativas y cualitativas, tanto en precio como tamaño, debido a la poca capacidad de raciocinio del nacional peruano (quien se describe a si mismo como amante del pollo a la brasa y técnico de fulbo). Muchos utilizamos (me incluyó como un efervescente seguidor de estas teorías económicas) al análisis económico, consciente o inconscientemente (la mayor parte de veces, lo segundo), para sobrellevar dichas situaciones que se producen dentro del mercado.

Sucede entonces que nos percatamos, hace ya un tiempo atrás, que The Coca Cola Company, empresa del archienemigo de Dios, Lucifer, ha disminuido la cantidad de líquido efervescente en la botella de Coke (Coca Cola en americano). Curioso dato es que Inka Cola, vendida tb a Mr. Sata por la familia Lindley, ha sufrido el mismo destino. Entonces, ¿qué hacer para sacarle provecho a nuestro deseo de acompañar un rico almuerzo con su gaseosita más, si la cantidad por tarro ha disminuido, obligándonos a comprar 2 en cada ocasión? ¿Cómo el bolsillo peruano puede aguantar tremenda propinación?

El equipo de slalom de Salsa Criolla nos hizo el favor de experimentar al respecto y brindarnos sus conclusiones:

Cada individuo fue provisto de quince lucrecias para almorzar en el mítico restaurante “IL BUON MANGIARE” (qué GRAN nombre para un restaurante de pastas), a fin de que nos den sus impresiones. Mario Bros, chef del lugar (ver foto), nos recibió con gusto y colaboró con el experimento. Reconocieron un factor que tornaba ineficiente el almuerzo, el cual podríamos evitar siempre y cuando sigamos los pasos y fórmulas que pasaremos a describir en las siguientes líneas.



Hipótesis: Pedir siempre una Coca Cola Light (equivalente a 500 ml.) siempre, sabiendo que la Coca Cola normal (y demás gaseosas) siempre vienen en envases de vidrio de 275 ml. es más eficiente; no sólo porque viene más, sino porque nos evita gastar el tiempo en preguntar de qué tamaño es la bebida gasificada en uno u otro supuesto, lo que nos dejaría, frente a la flaquita que queremos impresionar, como roños.

El costo promedio de tomar Coca Cola puede traducirse en la siguiente fórmula:

CCN= 275ml x (C6H12O6) x EV – (225ml x ED)/(10 min x vcp) = S/. 3.00

Donde:
CCN= Coca Cola Normal
ml= Mililitros
C6H12O6= Glucosa (azúcar)
EV = Envase de vidrio
ED= Edulcorante
min= minutos
vcp= velocidad constante promedio de ingestión de gaseosa durante un almuerzo (que puede traducirse en 10 minutos por cada 275 ml)
S/.= Nuevos Soles

Como se desprende de la fórmula, comprar una Coca Cola normal en un restaurante equivale tomar 275 mililitros de líquido; o sea, 225 mililitros menos de lo que tomarías si comprases una Coca Cola Light (la cual sólo viene en envase de 500 ml), y por ende, sólo la disfrutarías por diez minutos (a un ritmo promedio de ingestión normal). No obstante, el beneficio de la mencionada compra se traduciría en la adquisición de una Coca Cola elaborada a base de azúcar, cuyo sabor, según las encuestas[1] realizadas, es superior al de la Coca Cola Light. Dicho sabor aumenta si tomamos en consideración que la Coca Cola normal viene en envase de vidrio, mientras que la Coca Cola Light sólo se sirve en envase plástico.

No obstante el análisis anterior, en los últimos meses hemos visto dos variantes que complican la aplicación de la fórmula:

1. Coca Cola Light ya viene en envase pequeño (y de plástico, pa’ colmo).
2. Algunos restaurantes a los que asistimos posteriormente, intentando comprobar la fórmula, han comenzado a cobrar más por las botellas de 500 ml (qué tal conch…)

En el primer caso, por ende, recomendamos retomar la Coca Cola normal, en la medida que el factor diferencial entre ambos productos ya no es la cantidad, sino el sabor y el envase (vidrio vs. plástico).

En el segundo caso, recomendamos lo mismo, en tanto no voy a pagar extra por esa basura, especialmente después de saber que Papá Noél se roba las Coca Colas de los niños groenlandeses en Navidad a causa de esta decisión.

 Preciso instante en que Santa se toma una pausa para robarle su Coca Cola
a un pobre chibolo en Groenlandia, luego de enterarse del nuevo tamaño del
envase de Coca Cola Light, lo cual afecta su dieta. La cita, en inglés, dice:
"Gracias por la Coca Cola, maldito enano colorado... ah, sí, tu viejo te odia"

[1] En un universo de 100 personas, 81 de ellas expresaron su preferencia por el sabor de Coca Cola



No hay comentarios.:

Publicar un comentario